Si quieres que tu hijo aprenda a programar, nada mejor que iniciarlo desde cero con la programación de Scratch, ya que más que una herramienta de programación visual y sin código se ha convertido en una comunidad de personas que aprenden unas de otras y comparten sus creaciones.
Se ha convertido en una herramienta imprescindible para que niños y niñas desde los 7 a los 12 años aproximadamente puedan iniciarse en el mundo de la programación.
Para que el niño o niña pueda empezar a utilizar Scratch, tienes la posibilidad de ejecutarlo desde un navegador compatible recurriendo a la web oficial o descargar Scratch para que se pueda ejecutar sin tener que recurrir a internet ni a ningún navegador.
Ambas versiones son multiplataforma y se pueden usar en sistemas Windows, Linux y Mac OS X. Una vez se inician con él, los niños verán lo sencillo e intuitivo que es.
Una vez que se ejecuta se encuentran cuatro espacios que son el escenario, los bloques de programas, el espacio libre y los objetos. Es interesante conocer bien su funcionamiento inicialmente y dedicar tiempo a familiarizarse con la herramienta.
Solo se necesita elegir un bloque, arrastrarlo a la zona y ejecutar. Conociendo los pasos básicos, los niños podrán jugar, estudiar los bloques y ponerlos como desee utilizando su creatividad e imaginación.
Aunque es fácil de utilizar porque se trata de una programación visual y no por medio de texto, hay que pensar muy bien qué hacer para conseguir lo que se busca. Sin creatividad será complicado. Después es cuestión de que se vayan familiarizando y avanzando en la programación de Scratch, siendo cada vez más rápido el que pueda lograr lo que quieran.
También se puede aprender programación de Scratch desde cero en una academia en que se aprenda poco a poco cómo iniciarse en el mundo de la programación para niños con esta herramienta tan práctica. Para eso tienes nuestros cursos de robótica y programación para niños, pídenos información sin compromiso. Lo importante es dedicar tiempo y hacer uso de la paciencia, ya que es una buena forma de que los niños puedan aprender a programar de una forma fácil y divertida.