La sociedad actual nos exige un nivel de competencia muy elevado y diverso. Una de las columnas que sustentan esas competencias es el dominio de los idiomas. A lo largo de los últimos años, y con buen criterio, se ha ido rebajando la edad en el comienzo del estudio de los idiomas, pero aun hoy en día es necesario un “plus” de intensidad  en la adquisición de otras lenguas; sin duda me estoy refiriendo a dos ideas clave, inmersión y continuidad.

Estos dos conceptos, complementan todos los estudios efectuados durante el curso y enriquecen los medios pedagógicos cotidianos de aprendizaje en las aulas, reforzando ambos. La inmersión produce un aislamiento de interferencias de la lengua materna muy beneficioso para el progreso en nuestro interés idiomático, pues todos los estímulos se reciben únicamente en el idioma objeto de estudio. Un uso continuado de esta herramienta conduce a cambiar la forma de expresar las ideas, de un lenguaje a otro, que es en esencia lo que conocemos como “hablar otro idioma”. La inmersión se ha convertido en un arma muy poderosa para la consumación del éxito en nuestra tarea.

La continuidad es la otra idea importante que sostiene los aprendizajes más modernos, en cuanto a idiomas se refiere. Es de todos conocido  que un hábito, se adquiere a fuerza de repeticiones voluntarias continuas. Un hábito conseguido, es un pequeño tesoro que debemos intentar no perder y conservar con mimo y cuidado. Cuando un niño ha conseguido el habito de estudiar, hablar y aprender a pensar en otro idioma durante un curso escolar completo, este hábito es un activo que no podemos dejar que se difumine durante el periodo vacacional.

El descanso estival que se propone, es una celada que debemos burlar conservando su carácter lúdico pero que a la vez, nos sirva de refuerzo y avance en nuestro objetivo lingüístico.

Cuando después de un verano ocioso, se retoma de nuevo la actividad escolar, el cerebro tiende a rebelarse y se hace muy costoso adquirir el nivel de competencia anterior. Por otro lado, también es evidente que la forma de entender el trabajo durante el verano, ha de ser obligatoriamente “distinta” a la practicada durante todo el año, para que sirva de acicate y relajo, pero que a la vez siga produciendo progresos en nuestro interés.

Los intensivos de verano que impartiremos en nuestra escuela de idiomas, contienen actividades lúdicas y momentos en los que se priman las relaciones sociales y habilidades de comunicación y expresión. Estos cursos intensivos se desarrollarán de lunes a viernes, tres horas al día, en The Green Monkey, academia de idiomas en Chamartín.

Cuando se reinicia el curso escolar tras uno de nuestros intensivos de verano, en lugar de la reticencia postvacacional, encontramos una frescura y un avance en el idioma que nos hace que afrontemos el curso con verdadero interés. Tanto la fluidez como el vocabulario, no solo no han sufrido menoscabo, sino que han mejorado ostensiblemente.

Por todas estas razones, creemos que cualquiera de los programas de verano que recomendamos en The Green Monkey, tu academia de idiomas en Chamartín, son una inversión que resulta muy reconfortante para padres e hijos y revierte un capital idiomático muy superior a su inversión.